En el presente tópico se hace un recorrido
por las principales ideas presentadas en la obra, las cuales son enunciadas de
forma sintética a manera de sugerencias o consejos generales y terminadas con
alguna máxima o refrán. Sirva de guía, aunque teniendo en cuenta que las
especificidades de cualquier decisión dependen de cada individuo en su
situación concreta, lo cual es único e irrepetible.
1- Procura
tener claridad en cuanto a lo que quieres y te haría feliz. Saber lo que se
quiere alcanzar y lo que hace feliz es de gran importancia en la toma de
decisiones, las cuales por lo general se orientan a estas. Y dado que funcionan
o deberían funcionar como criterios o patrones de elección, sin ellas el
individuo estaría desorientado. - El que no sabe a dónde va termina en
cualquier parte.
2- Proponte
metas alcanzables. Las metas deben tener posibilidades de ser logradas con
los medios que se tienen o se pueden tener, ya que las no alcanzables
garantizan el sentirse frustrado y parado en el mismo lugar. - Si sabes que no
llegarás a la meta, no te metas.
3- Establece
prioridades entre tus objetivos. Con gran frecuencia la obtención de
ciertas metas enlentece o excluye la consecución de otras, por lo que para
ordenar las acciones hay que establecer prioridades entre estas. Esto protege
contra el desasosiego y las frustraciones causadas por las metas que
inevitablemente no podrán ser alcanzar. - Soplar y sorber, no puede junto ser.
4- Identifica
los problemas o desviaciones con relación a tu bienestar y objetivos. Estas
desviaciones son precisamente las exigencias que constantemente va presentando
la vida y que reclaman decisiones solucionadoras. El no verlas no hace que
desaparezcan, sino que, al no solucionarlas, por lo general crecen y se hace
más difícil resolverlas. – Identificar un problema es parte importantísima de
su solución.
5- Busca
la información necesaria para poder ver y valorar tus opciones. Hay
decisiones que por su importancia no deben ser tomadas a la ligera, y sin la
información necesaria se estaría decidiendo a ciegas. Alcanzar resultados
satisfactorios en tales condiciones sería solo producto del azar. - Sin entrada
continua de información no hay orientación.
6- Date
el tiempo necesario para deliberar. Con gran frecuencia, luego de las
decisiones realizadas con demasiada rapidez, aparecen elementos importantes que
no fueron tomados en consideración. Si las circunstancias lo permiten, es
conveniente darse el tiempo necesario para poder valorar adecuadamente las
ventajas y desventajas de las diferentes opciones. – Quien rápido se determina,
despacio se arrepiente.
7- Para
deliberar adecuadamente, primero serénate. Los estados afectivos intensos
de miedo, ira, frustración, e incluso de amor o alegría impiden pensar con
claridad por lo que las decisiones que se toman embriagados por estos, por lo
general conducen al arrepentimiento. Conviene pues, darse un tiempo para
serenarse y poder deliberar más racionalmente. - Evita tomar decisiones
permanentes basándote en emociones temporales.
Continúa hasta el Tips número 14.
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